sábado, 14 de mayo de 2011

Inside Job, Let’s make Money and…The Company men.






Se da por descontada por parte de los llamados analistas una determinada interpretación de la crisis económica que estalló en 2008: Como que su causa principal proviene de que los que detentan la capacidad de forzar los mercados financieros en la dirección que convenga a intereses económicos de los denominados inversores en el corto o medio plazo, han ido contando crecientemente con un mayor acomodo a sus prácticas de “ingeniería financiera” gracias a la gran desregulación de un lado y a la globalización de otro.
Impuestas en la década de los 90 las premisas neoliberales predicadas por la escuela de Chicago, los mentores de Mont Pelerin Society y otros think tanks del “pensamiento” económico, las políticas del Tesoro USA y RU, los gobiernos de Reagan y M. Tacther habían iniciado en la década anterior un decidido camino de eliminación de barreras al ejercicio de la especulación con los recursos de los ahorros de millones de ciudadanos o de las materias primas de sus países de no importa qué parte del mundo.

Cada vez más desprovistos los gobiernos de los Estados de recursos propios* al debilitarse la fiscalidad, disminuidos los impuestos desde políticas de gobiernos adscritos a esas doctrinas como modo de “incentivar” la llegada de inversores y conjurar así la amenaza de las deslocalizaciones o de fijar el objetivo solo en los ahora llamados “países emergentes” (antes “países en vías de desarrollo”), esos Estados han necesitado entonces obtener sus ingresos para salvar los restos del estado de bienestar, primero vendiendo patrimonio público, y después endeudándose en los mercados de crédito exteriores, necesitando rendir periódicas cuentas con aquellos a un precio del interés de la llamada deuda soberana oscilando al albur de las especulaciones de esos mismos mercados exteriores con la inestimable ayuda de las agencias de calificación de rating. Así es que deudas hipotecarias, fondos de pensiones, y todo activo dinerario reunido en no importa qué lugar del mundo, han circulado como papel adscrito a productos titulizados de incomprensible significado final (CDOs, Fondos Estratégicos de Apalancamiento, …) pero que prometían un valor contractual que luego era desmentido aquí o allá por una necesidad coyuntural de tal o cual inversor en apostar contra ellos una vez estrujado todo su beneficio mediante paraísos fiscales y sofisticadas intermediaciones.

(*) Ello viene aparejado con una feroz campaña de descrédito de la política, al desproveer a esta de su capacidad de decidir sobre la suerte de los ciudadanos, ya entonces rehenes de “la economía” y no de la acción de sus gobiernos, estos entonces atados de pies y manos a las condiciones de los llamados mercados y por consiguiente conformados finalmente por los miembros liberales más destacados que habiendo desacreditado al Estado proceden una vez encaramados al poder, a liderar su vaciamiento, venta de empresas y servicios públicos incluidos.

Pues bien, las dos películas aún en cartelera en V.O en salas comerciales de Madrid, Inside Job nominada para el Oscar 2011 al mejor documental) del director Charles Ferguson y Let’s make Money

(Premio Mejor Documental Alemán en 2009, y buena crítica en Sundance, Toronto, Edimburgo, …), de Erwin Wagenhofer exponen de una manera muy consistente (con la voz del actor Matt Damon en el primer documental, de forma algo cara al gusto norteamericano de impactar mediante contrastes pero sin llegar a las trampillas que se permite Michel Moore), “la ‘terrible verdad’ que está en la base del derrumbe financiero a nivel mundial", y más en el segundo documental, “el recorrido del dinero a través de las redes de las finanzas”. Dos enfoques diferentes con dos estéticas de presentación en cualquier caso impecables: Impresionantes los paisajes de Islandia, los de las distintas cities –Singapur, …- o de los contaminados ríos de la India o de ese despropósito llamado hotel Algarrobico aún por demoler (¡a destacar unas tomas aéreas de gigantescos complejos urbanísticos vacíos de la costa española que ni yo mismo imaginaba!): Proyectadas en HD, estas dos películas se aconseja sean vistas con una mirada digamos que tan global como el propio mundo financiero sugiere, pero asiéndose bien a la barandilla para no sufrir el vértigo que sobrevolar esos escenarios produce en ciudadanos que como yo no alcanzan a encajar cómo un arbitrario azar –por supuesto bien ayudado por los detentadores de la fortuna- puede hacer penar con tan injustas suertes a un noventa por ciento de la humanidad. Ese recorrido por ejemplo a través del diabólico circuito del oro junto al monocultivo (increíble el ejemplo del algodón en Ghana), para pagar deudas que ni la siguiente generación podrá liquidar, dejando postrados en una segura miseria a millones de personas en todo el mundo, deja un impacto en nuestra retina y en nuestra conciencia difícil de olvidar.
Ben Affleck

Si se ve a continuación una película ya de ficción como The company men
del director John Wells (Ben Affleck, Tommy Lee Jones,…), puede uno descargarse gracias a sus dosis de humor de los fantasmas de angustia inmediata por la crisis antes acumulados viendo el proceloso caso de esos directivos echados a la calle con sus carismas de antiguo emprendedor o de joven con su MBA a cuestas…Película ligera y sin grandes pretensiones es cierto, que bromea con la crisis desde la perspectiva occidental de los que viven cerca de quienes la crearon…y con los que cualquiera de nosotros puede identificarse a cuenta de los casos de liquidación o transformación de empresas de que hemos sido testigo en los últimos tiempos, en este caso unos astilleros de algún lugar de la geografía mundial…

viernes, 25 de febrero de 2011

De Colin Firth a Walter Brennan: Una conversación cinéfila vía las últimas dinastías inglesas

Colin Firth y la posterior "reina madre" (Helena Bonhan Carter)

Epistolario e-mail tras invertebrada conversación en torno al rey Jorge interpretado por Colin Firth en "El discurso del rey":

25-02-2011 18:45:13
De:
R.
A:
F.
Asunto: Últimas dinastías reales en el Reino Unido

Los nombres y dinastías que no sabíamos bien durante nuestra conversación de camino a casa son según Wikipedia los siguientes:

De Wikipedia

Reyes del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y emperadores de la India:
Dinastía de Hanóver: Victoria 1837–1901 (se casa con Alberto de Sajonia)
Dinastía de Sajonia-Coburgo-Gotha [la que luego cambiaron de nombre-->Winsor]: Eduardo VII 1901–1910 (contrajo una enfermedad letal al poco de empezar por fin a reinar…)

Reyes del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y emperadores de la India:
Dinastía de
Windsor
Jorge V 1910–1936 (en la serie de TV "Arriba y Abajo" lo pintan un poco parco en palabras y bebedor, y en la película citada “muy amable” con su hijo pequeño)
Eduardo VIII 1936 (el ‘filoalemán’ que abdicó para poder casarse con la Sra. Simpson)
Jorge VI 1936–1952 (Colin Firth ;-)

Reyes del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte:
Dinastía de Windsor (continuación)
Isabel II 1952–actualidad

Saludos

F.

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25-02-2011 19:14:21
De: R.
A: F.
Asunto: Re: Últimas dinastías reales en el Reino Unido

En nuestros comentarios hemos acertado en casi todo, salvo en los nombres de las dinastías. No está mal.

Eduardo VII era el que se supone que tuvo como amante a la actriz Lily Lantry (no estoy seguro de que se escriba así). Como tuvo una larga vida principesca (es decir, como príncipe de Gales) y con pocas responsabilidades, se dedicó a las relaciones públicas. No se perdía festejo alguno.

Lily Lantry también era la musa del famoso juez del oeste Roy Bean. Según se cuenta en la película "El juez de la horca" (donde Paul Newman hacía un magnífico Roy Bean), un retrato de esa actriz presidía la corte del juez, que no era otra que el saloon del pueblo. Cuenta la anécdota de que condenó a la horca a un borracho que se le ocurrió, en su delirio etílico, disparar contra el retrato en cuestión. Ese personaje (real), el juez, también aparece en otra película anterior, "El forastero", protagonizada por Gary Cooper, donde el papel del juez lo hacía el magnífico secundario Walter Brennan (compañero cinematográfico de fatigas de Humphrey Bogart, en "Tener y no tener" - cuyo acertijo '¿te ha picado alguna vez una avispa muerta?', solo Bogart y Slim, la flaca Bacall, acertaron-, de James Stewart, en "El hombre Laramy" -donde le perdía el café- , de John Wayne, en "Río Bravo" - que hacía de viejo tullido, como él se definía, carcelero, etc...).

Juez Roy Bean [de magazineusa.com]


Ya no te canso más con esta manía que tengo de encadenar referencias.

Saludos

R.

__________________

25-02-2011 19:20:10
De: F.
A: R.
Asunto: Re: Últimas dinastías reales en el Reino Unido

No me cansa, al contrario, es un ejercicio gimnástico mental que me es de gran utilidad. Permíteme sin embargo que para "fijar ideas" [a ciertas edades estos trucos de anotación me son indispensables....], lo acompañe del siguiente Diagrama de Flujo relacional que he elaborado ;-)

De Barrio Hamlet

Saludos.

F.


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25-02-2011 19:32:40
De: R.
A: F.
Asunto: Re: Últimas dinastías reales en el Reino Unido

Con el esquema que has hecho, parece que la información proporcionada tiene mucho más empaque e importancia.
Y a colación del esquema, se me ocurre alguna referencia interesante. Ese método de relacionar temas lo utilizan en la estupenda serie 'The Wire' (una de las calificaciones más altas en el IMDB), donde en un mural van poniendo todo lo que creen relacionado con el caso que tratan. Según van avanzando en la investigación, van incorporando los enlaces pertinentes. Al final de la investigación consigue un esquema mural que bien pudiera parecerse al que has hecho.
También utilizan ese método en la infame serie 'Flashforward' que recomiendo encarecidamente no ver. Tampoco merece la pena la novela de la que han tomado la idea, ya que en lo que respecta al argumento, en la serie, van por libre.

Y así podríamos seguir...

Saludos de nuevo,

R.
PD: Me he equivocado en la película donde Walter Brennan es compañero de James Stewart. Se trata de "Tierra lejanas", de 1954, y no "El hombre de Laramie", de 1955, como había indicado en mensajes anteriores. Cosas de la memoria, aunque en mi descargo, en ambas películas, el papel de James Stewart es prácticamente el mismo. Incluso se podrían intercambiar los personajes y las respectivas historias no se verían muy afectadas.

_________________

25-02-2011 19:40:51
De: F.
A: R.
Asunto: Re: Últimas dinastías reales en el ReinoUnido


Descargado de culpa estás en desmesura. Y lo que dices, imagino a James Stewart siendo casi el "hermano gemelo" del anterior en ambas pelis...

Hasta otra,

F.



De Wikipedia

miércoles, 16 de febrero de 2011

Emociones positivas o el "si quieres puedes"

Acabo de acudir a una conferencia en mi empresa destinada a formadores internos, titulada “678: El número de la Ciencia”, impartida por Luís Castellanos, director de “Jardín de Junio”, ‘consultora estratégica de investigación en neurociencia cognitiva aplicada. Doctor en Filosofía y Letras y formación en psicología; formador de directivos y formador de empresas’.

Luís Castellanos
La conferencia empezaba con una gran diapositiva con el lema “678: Una mina de oro”. Hacía referencia al número de monjas de una comunidad católica creo que norteamericana, que sirvieron de muestra al Dr. David Snowdon para un trabajo sobre la relación de la longevidad con lo que más adelante definió como las emociones positivas tratadas y desarrolladas por ejemplo por el ‘gran experto mundial en emociones’ Antonio Damasio.
La muestra la podía el conferenciante considerar representativa por varios "indicadores controlados para un estudio que quisiera ser científico” (misma alimentación, iguales cuidados médicos, la misma forma de vida, no tener hijos ni sexo, con dedicación idéntica –la educación- y con un parecido nivel de formación).
Tras recorrer varias características que unían el comportamiento de esta muestra, a saber “la primera forma de acogida es la sonrisa”, “siempre abiertas a nuevas ideas y posibilidades (curiosidad encendida)”, etc. [no discuto la idiosincrasia de comunidad tan curiosa cuyas fotos las mostraba efectivamente sonrientes tocadas con el velo característico tan polémico en otros lares, pues solo conozco algunas de aquí], se llega a que la mucha información dejaba algo sin explicar, y por tanto ¿dónde buscar?
Como quiera que buscar en sus cerebros (detalló el gran gesto de generosidad científica que suponía el que hubieran donado sus cerebros para su estudio –una diapositiva los mostró sumergidos en frascos colocados en la estantería de un laboratorio se supone que de neurociencia) no es aún suficiente en el actual estado de la ciencia, describió la utilidad de obtener de la ‘memoria hecha consciente: las autobiografías’ el estudio que pudiera encontrar su corolario en la forma o tamaño de esos cerebros (sobre este punto citó a E.P. Seligman, “La auténtica felicidad”, 2003).
De esa experiencia de hacer escribir a las monjas una breve autobiografía, pasando luego a medir la densidad de ideas y complejidad gramatical utilizadas por cada monja, podían por ejemplo concluirse resultados de relación causa-efecto entre expresiones emocionales positivas y larga longevidad de cada implicada: lo ilustró con el ejemplo comparativo de sor Cecilia y sor Marguerite. La autobiografía de la primera rezaba brevemente algo así (hablo muy de memoria) “Fue un bien haber sido concebida y tener valor para la alegría y empezar el noviciado feliz de tener la bendición de ser candidata a postular para la congregación”. Sor Marguerite no describía sin embargo un currículo con tantos adjetivos emocionales (relataba sus datos de nacimiento, y las distintas dedicaciones educativas emprendidas a lo largo de su carrera).
De ambas dos mostró las ‘curvas emocionales’ delatadas por los términos utilizados, dejando a la primera en un ventajoso resultado de 8,5 puntos con una gráfica con grandes picos justo situados en los términos ‘bien’, ‘valor’, ‘muy feliz’, ‘bendición’, etc. La pobre sor Marguerite apenas aprobaba, siendo así que tal ‘atonía emocional’ mostrada por semejante test, le hizo fallecer a una edad manifiestamente más temprana que la primera. En descargo del ponente hay que decir que informó de que en realidad la media ‘solo’ era de 7 años superior en las emocionalmente positivas considerado el conjunto, ‘aunque teniendo en cuenta la superioridad de calidad de vida de éstas durante esos pocos años de más’.
Con varios proverbios (uno hindú sobre el perro bueno y malo que tenemos cada uno dentro y que gana aquél que más alimente uno) y algunas frases célebres, se trataba pues de demostrar que “a nuestro cerebro lo que le apasiona por mor de su instinto de supervivencia es la expresión emocional positiva”.
UnaTabla-tipo tomada de algún sitio en la red

Como siempre pasa en conferencias que nos animan a mejorar (en ésta, a dar rienda suelta a nuestras emociones positivas), en el coloquio las preguntas versaban en cómo frenar precisamente las negativas (las emociones se entiende), en cómo compatibilizar el identificar como positivas las que difieren de las que otro no considere como tales, etc. El conferenciante vino a decir que las emociones consideradas positivas son iguales en todos con solo diferencias de matiz, y que a las malas hay que apartarlas con el recurso a útiles herramientas de autocontención de conducta (bromeó su ayudante en cómo las resolvía él: encerrándose en el cuarto de baño o algo así, aunque en honor a la verdad se refería a dejar pasar un tiempo para meditar antes de actuar).
No es necesario proponerse actuar de abogado del diablo para descubrir algunas fallas estructurales de un discurso así, incluso si no se ha accedido al conocimiento de la historia del desarrollo de las ciencias de la psicología y su clara polarización en dos corrientes, que ponen de un lado el peso en la voluntad consciente y los recursos físicos a poner en marcha para la mejora de uno mismo y de otro lado, los que ponen el peso en el análisis de cada sujeto de su más íntimo devenir psicológico que no excluya a los síntomas ni a la lectura del inconsciente. Para los primeros, este último prácticamente no existe (ni al parecer tampoco la infancia), y los síntomas solo que pueden ser apartados luchando aguerridamente contra ellos: En la mentalidad práctica y de resultado rápido perseguido por la psicología cognitiva de gran implantación en las escuelas norteamericanas y con serio peligro de que se instale en las estructuras de los sistemas sociales de Salud, se trata de localizar un indiscutible tratamiento corrector para cada conducta (existe hasta un extenso libro Vademecum de la psiquiatría –no recuerdo sus siglas exactas- que los indicia exhaustivamente), y si además se localizan físicamente los agentes químicos y las zonas cerebrales donde se ubican, pues dar incluso con la pastilla específica para cada “dolencia emocional” si las buenas intenciones o propósitos no son suficientes (contra la depresión, contra la obsesión, la histeria, etc).
La investigación planteada sobre el grupo muestral de 678 monjas no habla para nada de la descripción que hacen de sus infancias y parecería que los síntomas no formaran parte de sus vidas, lo que hablaría de una apacible vida en comunidad en la que todo eso habría quedado fuera, lo que puede ilustrar alguna de las consideraciones que hace el psicoanálisis sobre la resolución de convivencia con dichos síntomas que resuelven muchos sujetos, con una operación de externalización que sin ahogarlos, los redirecciona por ejemplo hacia un objetivo digamos que espiritual como el que presumiblemente proporciona el ideario de la congregación del caso expuesto en la conferencia. Es una salida que da confortabilidad al sujeto, y es legítimo y saludable que sirva para su equilibrio, y por qué no, para una mayor longevidad…
Pero negar esos aspectos en la investigación, circunscribiendo los problemas de "emocionalidad negativa" a un conflicto de conducta que neutralizar con un “si quieres, puedes”, es exponerse a que la tozuda realidad del síntoma y la emergencia del inconsciente dejen sin armas al análisis de los comportamientos que campen a sus anchas en lo más íntimo de sujetos individuales y distintos, aflorando sin remedio en un momento u otro, por más que la voluntad consciente y un listado de propósitos de priorizar lo emocionalmente positivo se apresten a ser blandidos en cuanto aparece la ‘bicha’.
Muchos libros de autoayuda están llenos de esos guiones para el buen y mejor comportamiento que sin embargo pudieran devenir en letanías letales para nuestra esperanza, pues como sin análisis del lenguaje del subconsciente no hay lenguaje de la razón que entienda, pudieran convertir en desánimo lo que comenzare como ilusión de cambio...

miércoles, 9 de febrero de 2011

Cervantes, Sinde, Savater y Mad Max

De Barrio Hamlet

"Por parte de vos, Miguel de Cervantes, nos fue hecha relación que habíades compuesto un libro intitulado El ingenioso hidalgo de la Mancha, el cual os había costado mucho trabajo y era muy útil y provechoso (...) Os damos licencia y facultad para que vos, o la persona que vuestro poder hubiere y no otra alguna, podais imprimir el dicho libro (...) So pena que la persona o personas que sin tener vuestro poder lo imprimiere o vendiere: o hiciere imprimir o vender, por el mesmo caso pierda la impresión que hiciere, con los moldes y aparejos de ella: y más incurra en pena de cincuenta mil maravedís cada vez que lo contrario hiciere... Fecha en Valladolid a veinte y seis días del mes de Septiembre de mil seiscientos y cuatro años. Yo el Rey."

Así empezaba el artículo de EP del 18-01-2011 de Ángeles González Sinde en torno al asunto del control de las descargas, titulado “El adversario es otro”.
Utilizando este fragmento que acompaña a la edición de El Quijote trataba de ilustrar la parte del trámite legal que toda publicación tenía ya en 1604. “En esa licencia ya se establecen muy claramente puntos que hoy nos resultan familiares: no solo que el único propietario de los derechos sobre El Quijote es Miguel de Cervantes, sino que la obra es fruto de su trabajo”. Y más adelante:
Y es que la cuestión de los derechos de los autores no es ni mucho menos nueva. Con cada cambio tecnológico (en 1604 se trataba de la aparición del maravilloso invento de Gutenberg), los derechos de los hombres y mujeres sobre sus creaciones han atravesado una enorme sacudida”, para acabar con:

Sin embargo, cada generación considera que el suyo es un tiempo nuevo y no tiene obligación de recordar que fue la piratería la que empujó a Cervantes a escribir la segunda parte de su novela, o que fue la piratería, tan frecuente en el cine mudo (otro salto tecnológico), la que acabó con cineastas innovadores como Méliès. También contra la piratería y a favor del respeto a los derechos de autor lucharon desde Beaumarchais a Immanuel Kant o, ya en el siglo XX, Mark Twain, hasta el punto de que el término "pirata" en esta acepción fue popularizado por el autor estadounidense”.
[...]
Ángeles González Sinde [de Wikipedia]

Esta “discusión” (si por tal se entiende ese envarado enfrentamiento entre la defensa de la creación y el robo sin cortapisas de ésta para su consumo, en los dos extremos del espectro) encuentra en este otro artículo de Fernando Savater en EP del 21-01-2011, un equilibrio argumental que siempre he echado de menos en el debate desde que se desató esa presunta batalla entre el irreductible ‘internauta’ (mixtificación de una vaga figura defensora de un futuro nuevo ahíto de libertad y transparencia) y los aherrojados defensores de una “antigualla” tal como es la propiedad del trabajo creativo. He sido ferviente seguidor de los gustos de Fernando Savater hasta el punto de recorrer yo con igual fruición los lugares relacionados con el escritor R.L. Stevensons en su Edimburgo natal descrito hace algún tiempo en las páginas del periódico en el que escribe, como de su trayectoria política en la etapa del ¡Basta ya! a la que tanto debemos para disfrute del actual nuevo tiempo de la convivencia en el País Vasco. Adscripciones políticas actuales aparte, sus consideraciones sobre la más cercana actualidad están siempre tratadas con esa razonable voluntad de defender los intereses generales de lo que ha llamado, dignificándola, la ciudadanía.
Viene a cuento esto por el ameno artículo “Los colegas de Mad Max” en el que me han hecho sonreír esas oportunas comparaciones de la conquista del Oeste (historias que bien conoce como devorador de historias de aventuras) con la defensa del no a todo peaje en el acceso y reproducción de los contenidos en la red:
Fernando Savater [de Wikipedia]

Claro que hubo víctimas: aparte de los apaches y los sioux, padecieron la alegalidad los granjeros, los comerciantes, los hijos de quienes preferían los arados a las pistolas. Y se beneficiaron de ella terratenientes y ganaderos sin escrúpulos, los más rápidos en desenfundar, los propietarios de garitos y los asaltantes de diligencias. No prosperaron los creadores de lo nuevo hasta que viejas leyes y viejas instituciones reinventadas les libraron de los bandoleros”.

O esa otra representación que hace de la figura de los líderes del “movimiento” al sugerir que “dentro de unos años, decir ‘soy internauta’ resultará tan raro como decir hoy ‘soy telefonista’ porque se habla por el móvil”, pues ¿quiénes son esas asociaciones que hablan en nombre de todo el que teclea sobre un ordenador para realizar por ejemplo una compra por Internet? ¿Existieron también ‘telefonautas’ que defendiesen las llamadas gratis, al fin y al cabo un intercambio P2P de voz, porque la “red telefónica era de todos”?
Por eso, esa encendida defensa del trabajo creador realizada por alguien que bien merece ese calificativo en su larga trayectoria de ensayista, proporciona el mesurado contrapunto de su mirada nada sospechosa de estar anclada en ningún pasado, como bien demuestra el siguiente párrafo de su artículo que no me resisto a reproducir como modesta contribución viral a su difusión:

Nos dicen muy ufanos que quienes pretenden proteger la propiedad intelectual con la ley Sinde o cualquiera de sus variantes tienen perdida la batalla de la opinión pública. ¿Por qué será? En primer lugar, desde luego, porque nos gusta coger sin pagar: si los Rolex pudieran bajarse de Internet, nadie pisaría una relojería. Después, muchos guardan un inconfesable rencor a los artistas, gente que cobra por hacer lo que les gusta. ¡Que trabajen aperreados como los demás o que se jodan! Más complejos -y con mayores complejos- están los artistas no rentables, que prefieren renunciar a cobrar con tal de saber que Pérez-Reverte o Alejandro Sanz perderán millones. Y luego vienen los justicieros que denuncian la cultura establecida, como aquel iconoclasta que me dijo que en su época había muchos pintores mejores que Velázquez aunque este predominó porque contaba con el amparo de los reyes. En el Marat/Sade de Peter Weiss, el cruel marqués ya ironiza sobre los malos poetas o los pescadores sin capturas que confían en la revolución para cambiar su suerte y luego la maldicen al ver que tras ella siguen escribiendo ripios o sacando del mar latas y botas viejas. Ahora los hay convencidos de que en cuanto artistas y escritores reputados queden desprotegidos ellos alcanzarán por fin la gloria que merecen. Lo dudo mucho. Lichtenberg dice en un aforismo que "un libro es como un espejo: si un mono se mira en él, el reflejado no podrá ser un apóstol". Internet es el espejo donde se reflejan incontables apóstoles y todos ¡qué monos son!

Mad Max....

"Es la anarquía, por fin, pero no aquella bendita anarquía del apoyo mutuo del príncipe Kropotkin, sino la del futuro desolador de Mad Max, hecha de pillaje, espectáculos brutales y gente asustada que huye de las bandas de matones depredadores. Todo virtual, claro... afortunadamente." [del artículo "Los colegas de Mad Max"]

viernes, 14 de enero de 2011

Metro Madrid vs. Metro París: Un chateo desinhibido en forma de bola nieve


[Intervinientes por orden de aparición a partir de una digresión de Z en amigable charla con X e Y en torno a si el metro de París tenía o no más estaciones que el de Madrid o que por lo menos eso creía Z: X, Y, Z, U, V [y S].

X:
Creo que podríamos dar unas tablas al asunto [tras buscar con Google]:
Madrid: 293 estaciones, 283 Km.
Paris: 368 estaciones, 199 Km.
Aunque reconozco que habíamos hablado de estaciones...

Y:
Pues no entiendo cómo, con más estaciones y menos Km., los trayectos son más largos...

X:
No es que sean más largos sino que se te hace más largos al ser más oscuro y no poder leer.

X (de nuevo):
En Londres es también al revés: 274 estaciones y 408 Km. El más pequeño en estaciones -el más grande en Km

Y:
O sea que Madrid tiene más estaciones que Londres y más Km. que París...

X:
La Wikipedia dice esto del Metro de_París al que le da sólo 300 estaciones pero más Km que en la otra web que había visto:
El sistema consta de 16 líneas, identificadas con los números del 1 al 14, con dos líneas menores llamadas 3bis y 7bis. Con sus 214 km es la tercera red de metro más extensa de Europa occidental, tras el Metro de Londres y el Metro de Madrid.



Z:
Como habéis trabajado bien el asunto, y doy por buenas las cifras (promedio de las dos fuentes), ahora me cuadra lo siguiente:
• Que por ser más extensa en Km. la red de Madrid que la de París, haya estaciones en las que parece que sales a un descampado, construidas pensando en
el pelotazo urbanístico en un futuro que nunca llega y para mayor gloria de
inauguraciones preelectorales.
• Que el espacio entre estaciones una vez sales de la almendra central convierte en alejadas del metro cualquier vivienda que habites en esos lugares fuera de la citada privilegiada almendra.
• Que el diseño de la red, en su crecimiento, lo ha sido con una versión capitalina del diseño de la red a nivel de España: Centralizada en vez de En Red, con la ¿honrosa? excepción de la línea Circular, con lo que prácticamente no hay "trayectos alternativos" relevantes.
• Probablemente un vistazo meramente turístico de las estaciones y filosofía de
funcionamiento en ciudades de la "competencia" no permita comprobar las
importantes diferencias que se mastican cuando se utilizan día a día:
Regularidad horaria, frecuencia de paso- tiempo entre trenes incluso a la noche,
información relativa a horas de llegada que se cumplan, equipamiento
informático que las controla
(yo he comprobado llegadas de trenes a la
estación en París con apenas 1 minuto de intervalo, yendo un tren a un destino y
el siguiente a otro, con información electrónica detallada en andén y dentro del
propio tren sobre estaciones de paso en paneles que iluminan la próxima estación
y te la comunican por altavoz (en Madrid lo primero no lo hay, y lo segundo a
veces, pero sobre todo para marearte con lo de "próxima estación", “estación en
curva, tengan cuidado…" o lo de "Tres Olivos… billete adecuado", etc. (¡qué les
costaría decir escuetamente el nombre de la estación! nos distraerían menos la
lectura...).
• Excepto en las ampulosas estaciones nuevas de prolongación de líneas, el régimen de evacuación de usuarios para trasbordos y demás, presenta inconcebibles cuellos de botella por todas partes (en Plaza de Castilla tengo diariamente uno que es de risa, en Alonso Martínez igual, y hay estaciones gigantes donde la salida o el trasbordo acaba siendo una estrecha y profunda escalera).
• Lo de los asientos [sobre si pocos o muchos, mullidos o no, …].[y ruidos: ruedas amortiguadas con rodaje paralelo sobre neumáticos en los de París aunque "ventanillas correderas que vibran" (de X)] ya lo hemos hablado. Pero hay otros datos: Hay ocurrencias de diseño muy tomadas en cuenta pensando en el confort de los viajeros que aquí se las tomarían a chifla, pero que mejoran el día a día de los mortales que sí utilizamos transporte público: las barras verticales de agarre que se desdoblan en tres para que quepan más manos para asirse e impiden que uno se apoye en toda ella obligando a los demás a sujetarse literalmente con la palma de la mano en el techo, información visual, el cartelismo realmente informativo y no esas Televisiones escupiendo consignas de opinión cual Gran Hermano Metropolitano propias de un noticiario de becarios, más generosidad de asientos en los andenes para esperar, etc.
• Solo con tales inconvenientes y otros se puede entender que en vez de aumentar, haya ido disminuyendo paulatinamente su utilización (la otra razón
puede ser el precio, aunque se dice que más barato que los otros) según los datos oficiales referentes al pasado año.
• Se dirá que no reparo en los "peros" de la que más conozco (no hablo de la de Londres que aunque la tengo cariño, no puedo hablar de cómo está ahora), que los hay, uno de ellos me parece muy importante: la accesibilidad para discapacitados (nula en el de París, aunque había un plan cuando los Juegos Olímpicos que habrá quedado aparcado a causa de su no nominación). Pero claro, no puedo enfrentarla como desventaja con el de Madrid, pues por lo que sé por una amiga que bien los necesita, lo de los ascensores con cartel de “averiado” (en las estaciones que los tienen,
básicamente en las líneas nuevas), o con piruetas indescriptibles para llegar a
ellos, es moneda corriente (en esto la red de Berlín no tiene color, aunque
vale, discurren en superficie muchos trayectos). Se puede hablar de los excesivos pasillitos del de París, pero ello es debido a que proporcionan generosamente muchas salidas a la calle con un dato muy importante: Información con plano de situación de cual es la salida que te conviene: Aquí el único plano de situación es de risa (entre otras cosas porque solo hablan de 'pares' e 'impares' o cosas así, y suelen ser solo dos, pero probad a arriesgar la salida en la de O'Donnell para ir al ambulatorio o al traumatólogo de la S.S.: Es seguro que saldrás por la que está 200 m más alejada de tu destino) o escasas: Allí no lo olvidan en ninguno de los andenes y esquinas y nunca recorres en superficie más metros de los estrictamente necesarios con solo consultar los magníficos carteles siempre actualizados con recambio de los deteriorados.

Si con todo se sigue refiriendo alguien al Metro de Madrid como el casi "mejor del Mundo" como en los eslóganes de Esperanza Aguirre (que no lo tomará nunca mas que para inaugurarlos), yo me suelo encoger de hombros deseándoles buena suerte con su vehículo privado en unos casos, o con su bendita resignación en los otros. Como de esta última estoy yo también muy necesitado, hasta me solidarizo con ellos.

Y:
Irrebatible argumentación Z. Sólo una suposición: la disminución del uso en los últimos años puede que sea debida a que hay menos trayectos de ida y vuelta al trabajo diario.
Incluyo en el hilo a U y V, para que estén informados.
Un saludo

U:
Por añadir algo.
Estuve hace unos 3 años en Paris, y el metro me pareció bastante cutre. Ni comparación al de Madrid
Para mi el gran fallo del metro de Madrid es que salvo la 6 todas las líneas son radiales. Faltan más circulares
Saludos.

V:
Me da pena la actitud hacia lo franchute de Z. Solo le diría que, si tanto le gusta, se vaya a vivir allí y nos deje un poco más de espacio al resto. Lo mismo sirve para los que, habiendo nacido fuera, están quejándose todo el día de lo mal que están en Madrid. ¡Que se vuelvan a su ciudad!
Y, para mí, el metro de Paris un asco y el de Londres mucho más. Pero no hace falta llegar tan lejos, el de Barcelona bastante peor.
Saludos

[aquí entra S desde BI que había recibido en oculto con mensaje a Z]:
[Ha estado bien la polémica suscitada.
Por el desarrollo intuyo que alguien apoyaba la tesis de que allí [Madrid] se tiene el mejor metro del mundo. Sin entrar en el tema de lo que conoce cada uno y comparaciones con otros, en términos absolutos, no se puede considerar bueno al metro de Madrid. Tiene demasiadas cosas a mejorar: puntualidad, limpieza, comodidad, dimensionamiento (de trenes, de vías de evacuación o de tránsito) y, fuera del centro, versatilidad de recorridos. Si hay que asignarle un número, le pongo un 7 (tranquilo, no es sobre diez), porque es lo que tienes que hacer para ir a cualquier sitio: un siete tras otro. :-)
Bises desde Bilbao]

Z [en respuesta a V]:
En cada sitio hay que quejarse de lo que echas en falta en él. ¿O es que nada es mejorable? ¿Es que no es legítimo luchar para que mejore la ciudad en la que vives y pagas tus impuestos? ¿Uno no tiene derecho a abrir la boca "si se es de fuera"?. V, tu comentario está fuera de lugar (y es de inflamado tono) y lo tomaría en serio si no supiese que es una frase muletilla tan cara a tu gusto por las "b(o)utades" (costumbre muy franchute por cierto).
Prometo no opinar más sobre el devenir urbano cotidiano en Madrid, solo lo haré de otras ciudades en las que también tenga vida cotidiana, y compartiéndola con los que no se ofendan por ello.
Saludos cordiales en el nuevo año.

[Aquí una llamada telefónica de V a Z, quitando hierro a la frase: el fin era hacer crecer la bola de nieve de la irrefrenable pulsión contra-argumentadora de Z [el que esto transcribe]. Ninguna sangre llegando al río pues].

V:
Como no sé lo que es una "boutade", no sé que contestarte, pero lo pensaré cuando lo busque en el diccionario.
Saludos

[S a Z:]
[Por lo visto, el chovinismo no es exclusivamente francés. Bs]

V:
He buscado en el diccionario Boutade y dice lo siguiente (voz francesa, por supuesto): Intervención pretendidamente ingeniosa,destinada por lo común a impresionar. He de decir que no me parece bien aplicado el término, ya que no pretendía impresionar sino "picar" (voz castizo-española, no francesa) y tampoco pretendía ser ingeniosa, sino más bien amorosa y cariñosa.
Creo que hubiese sido más apropiado el término de "parida" (otro término poco afrancesado).
Dejando al margen la lingüística, en el asunto del metro, he encontrado un estudio realizado por Eroski (ese super de la cooperativa de Mondragón que, según algunos, [...]) y concluye lo siguiente:
El mejor metro es el de Bilbao, destacando por su accesibilidad y el peor el de Madrid, precisamente por lo contrario. Tiene gracia el estudio y sería "pa nota" que la línea 1 de Madrid fuese accesible, y la 2 y la 3, y la 4 y que las de Bilbo, construidas hace unos años, no fuesen accesibles.
Y digo yo, deberían comparar las líneas nuevas de Madrid con las mismas de otros sitios. Que yo sepa, toda línea que se construye en el foro, es suficientemente accesible, pero no se puede pretender que cuando Viriato construyó las primeras líneas del Metropolitano, alguien pensara en la accesibilidad, en los posibles estudios de Eroski o en las críticas de algún descontento con las infraestructuras capitalinas.
Que continúe el chat, por favor...

Z:
;-)
Tamaños, historia,... demasiados parámetros para hacer comparaciones objetivas (yo renuncio, lo dejo para un Master, y no encargado por Eroski). Yo solo me rebelaba contra el dicho "el mejor metro del mundo" que me parece puro papanatismo (acordaos del anuncio viendo a chinos de un pueblo remoto embobados por las maravillas del metro de Madrid), y daba mi experiencia de usuario con una utilidad 'focus group' de los análisis de mercado.
OK con lo de 'boutade' vs. castizo.
Por mí fin del instructivo chat.

[S a Z:]
[Es una pena que termine.
Deberíais crear un grupo en facebook con esta polémica. Solo por leer los comentarios ya tendríais un montón de seguidores.
Un 7 también para V por reconducir su aparente exasperación del mensaje de ayer a la aceptable bonhomía (dado que procede del francés, seguro que le gusta a V) del mensaje de hoy.
Bs.]


V:
De acuerdo, cerramos el chat, pero no puedo dejar de preguntarme que lo de "mejor metro del mundo", hubiese gustado más a algunos, si no fuese Espe la promotora del asunto.
Salud.


[S a Z:]
[Con respecto a V., le bajo la nota por su cuasi-incontrolable tendencia a malquistar (esta palabra me la enseñaste tú). Bs]

Y:
Lástima que se cierre el chat, ha sido muy entretenido.
Saludos.