No ha
mucho tiempo, en una jornada preparatoria como las que se organizan en estas fechas y hasta octubre desde la AMP (Asociación Mundial
de Psicoanálisis), una participante me entrevistaba [*ver abajo], y yo desgrané
con el pretexto de observar las diferencias simbólicas entre el
movimiento del 15-M y los estudiantiles de los años 70, el rosario de lemas
(recordemos « políticos : somos
vuestros jefes y os estamos haciendo un ERE », o ese otro de « democracia, me gustas porque estás como ausente »,
etc) que brotaban de dicho espíritu como letras de una canción para la
superación con mimbres nuevos de una crisis:
la que en uno de dichos lemas que ha rescatado Miquel Bassols en su texto « Momentos de crisis » para las jornadas de este año se calificaba como de
una estafa: Este lema (“esta
crisis es una estafa”) « se ha
ido instalando cada vez más como una interpretación individual de lo que se
imponía como un malestar en el orden social producto de la llamada crisis del
sistema financiero ». Lo que en otro tiempo se formulaba como jalones
para un cambio inherente a los procesos de reorganización social, con este lema
M. Bassols observa un « desplazamiento
del diagnóstico en términos de delito, fraude y engaño ». Y desarrolla
esta reformulación simbólica en lo que se refiere a todo el sistema del goce,
del Otro goce.
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Miquel Bassols, psicoanalista |
Por otro
lado dice Gil Caroz en otro documento para las jornadas, « el significante ‘crisis’ remite etimológicamente a un momento crítico donde las
cosas basculan, así como a un juicio en torno a una decisión que hay que tomar ».
Tiene mucha relación con el tiempo, y si Anna Arendt la coloca en el punto de
encuentro entre el pasado y el futuro, lo que se presenta como tal ahora es la
precipitación de acontecimientos, que no es -sigo citando a Gil Caroz- « una simple aceleración sobre la línea del
tiempo » pues las nuevas tecnologías
producen una especie de contracción del mismo (« Skype o Facebook abolen distancias y la
duración se reduce a la inmediatez »), sino un nuevo imperativo que
con humor resume en « corre o
revienta », parafraseando el título de una conocida biografía y película
con El Lute de protagonista.
Y es en
este aspecto en el que yo me quiero concentrar: Cuál
es el discurso que como corolario en lo real de aquel espíritu del 15M se ha
destilado -mayoría absoluta de la derecha mediante en las elecciones que
siguieron a aquella Puerta del Sol-, pegado como al paño de Verónica tras el
largo viacrucis de los tres años y medio de ese otro gran símbolo del duelo de la crisis cuales son los recortes. Mi intención es pues poner el énfasis en la volatilidad de ese discurso, de
esa representación « nueva » de expresarse como “sujetos del cambio”.
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Somos "la gente", no "la izquierda" |
La
cruzada en favor de un presunto ‘fin de la historia’ mil veces llamada
« bipartidista » en la política en España [el "son lo mismo" heredado de una Rosa Díez ahora caída en desgracia], no es escondida ya por sus
protagonistas de Podemos (que en realidad pugnaban por debilitar una pata de
ese supuesto ‘establishment’ bipartidista), o por esa otra gran « sorpresa »
llamada Ciudadanos (haciendo la competencia a esa otra pata), como en realidad un impaciente pulso por postularse también para el poder
por un atajo, que esquive
procelosos caminos que incluya necesariamente la creación de equipos,
maquinaria y finalmente « aparatos ».
Y ello con un recurso infatigable en el discurso a la modernidad y juventud, al
nuevo relato de la « participación » ciudadana con mimbres tales como
la redes sociales y las plataformas de decisión que usan internet. Ese relato
de lo « moderno » versus lo « antiguo », esa puja en la
apuesta por dejar atrás, y destruyéndolas si cabe (sin reparar en lo grave de
ese daño colateral), organizaciones tradicionales que pudieron en largos años
pasados de andadura haberse forjado en la conquista de libertades y derechos
para la ciudadanía y los trabajadores, no deja de ser curioso ese relato –digo-
como materia de estudio del nuevo lenguaje político que parecería ser necesario
estructurar para hacerse oír y solicitar el voto, con gran improvisación dadas
las prisas -y sin embargo buen resultado en el momento inmediato- pues las
convocatorias electorales apremian, y unas se suceden a otras sin solución de
continuidad en este año.
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Foto tomada de "El confidencial" |
Para
entender cómo es posible que términos como « derecha » e
« izquierda » de gran socorro simbólico por el útil acerbo de
referencias históricas y de ideario que proporcionan desde su implantación en
la Francia posilustrada, sean
cansinamente demonizados como inservibles y cosa del pasado por actores
presuntamente líderes del cambio ‘anticapitalista’ en el caso de Podemos, o de
la regresión recentralizadora –esa sí entonces incorruptible- de una gran Administración estatal con todas las competencias en el caso de Ciudadanos, el recurso a un patriotismo de manual en asuntos que
tengan que ver con Europa y cultivando el espejismo de la transversalidad, por
citar solo algunos ejemplos de desdibujados ejes programáticos que han
explicitado, tendríamos que recurrir a la alquimia de la politología, a la
fascinación por las encuestas, y al marketing electoral al que son sometidas
ahora muchas de las decisiones de campaña con el objetivo de una pura y simple
obtención de votos a toda costa pero eso sí, sin el desgaste de una práctica de gobierno por presunto respeto de las esencias asamblearias o de algún llamado 'comité interno de integridad programática' o similar según los casos.
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La izquierda "tradicional": objetivo a batir desde todos lados... |
No es
casual que esos nuevos actores de la política que han entrado a jugar en la
escena con gran arrobo (y apoyo mediático según cadenas) como responsables del
« terremoto » (léase elecciones andaluzas, y ahora las municipales)
mil veces calificado así por sus locutores o voceros, procedan en muy
importante parte del profesorado de Sociología, Consultoras o directamente
Escuelas de Negocios, en algunos casos habiendo trabajado para otros países
(ahora retirándose para “volar” mejor como “intelectuales” -
sic), o como
conferenciantes bien pagados por dichas escuelas exponiendo las distintas
ocurrencias de política económica y de creación de empleo que en sus ‘
brain
storming’ se idean, y en casi todos los casos, curtidos en tertulias varias y
con maquillajes al gusto mediático.
Merece
la pena a este respecto escuchar a Owen Jones, socialista británico, escritor y columnista
de The Guardian (‘chacal rebuznante’ según Fox News), su alerta del gran triunfalismo del 'establishment' en su amenaza a la democracia desde arriba creyendo
haber derrotado al enemigo por sus victorias parciales en esa cruzada de descrédito
de la socialdemocracia, que encuentra tantos sorprendentes aliados (como en el reciente ataque a los sindicatos de clase por parte de A. Rivera el pasado 1º de mayo). La
pasokificación del laborismo, si éste atacase al modo que sucedió en Grecia a
su propia base, está en el objetivo deseado de toda derecha europea, por más
que alternativas radicales surjan como señuelos de derivación de los
sentimientos de cambio, en el fondo menos amenazantes para sus intereses en el medio plazo.
Desde esa
atalaya, sin estructura de base previa anclada en organizaciones territoriales
históricas o de base ciudadana al modo del citado Labour Party o en general de la socialdemocracia europea, nuevos líderes han emergido como la espuma con
el estandarte de un discurso « nuevo » que supere « viejas » confrontaciones derecha vs. izquierda como reclamo (casta vs. gente, Estado Federal y débil/dilapidador vs Centralizado y fuerte/eficiente,...) La
caducidad de un planteamiento así -harto reduccionista y simplificador- tan pronto se roza el ejercicio del poder (que v.gr. se ha eludido de un modo pueril para "no contaminarse" en el caso de la negativa a abstenerse en la investidura de Susana Díaz en Andalucía para que pueda formar gobierno, y a lo que asistiremos en la formación de ayuntamientos y gobiernos autónomos ahora, con ¡ay! su (in)definición además en lo que a cuestiones nacionales se refiere), su
debilidad -insisto- como único argumento para la competición, es aprovechado claro está
por quienes aún en el poder cuentan con ese otro gran reclamo del discurso
conservador de no aventurarse a cambio alguno, contrarrestando así de un solo
disparo a sus dos letales enemigos a batir: a esa base social que obraría como
supuesto soporte de la tozuda « izquierda » que siempre rebrota pese
al discurso de sus enterradores, y a sus representaciones políticas
« viejas » (y de paso también a las « nuevas ») que obran en el escenario
electoral.
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Seriedad y risas bufas de la derecha, esta sí una 'casta-pata-negra' [foto feb-2015] |
El ideal reunido como oportunidad imaginaria de la crisis en los conceptos de prosecución
de una mayor justicia social y de una también mayor pureza democrática, y no
lucha de clases al fin y al cabo, es captado como eje de ilusión de cambio por
parte de todos los actores políticos, tanto nuevos como de la llamada ‘casta’,
pero desdibujarse así incluso quienes aspiran a ser sustitutos de ésta,
tiene esas servidumbres: Alumbrar la
esperanza con palabras que aludan a la rápida transformación por intermedio de
un cambio con personas nuevas en el poder, no de los sujetos o de las
organizaciones (esas sí « viejas ») que hagan posible esa
transformación, estas sí también, una vieja herramienta de la construcción de
esa esperanza. Y ello claro tiene sus
inconvenientes en la falsa verosimilitud presente de las expectativas creadas y
en el desencanto que le suceda inmediatamente después. Pero esa ya es
otra historia: Lo primero es llegar al poder y luego…ya se verá.
La historia puede
necesitar que se transiten caminos de novedades viejas con nombres nuevos
cuando los poderes reales (esos que englobamos como fácticos en el orden de lo
financiero, de lo confesional con sus jerarquías, de lo « económico »
con sus lobbies y en su caso de lo directamente represivo con los instrumentos
de un derecho amordazado o de la fuerza), articulen desmontar derechos
« viejos » con también señuelos
« nuevos »…
*[Artículo leído de Olga Álvarez y Entrevista, en enero de 2012:]
EN TORNO A LAS DIFERENCIAS SIMBÓLICAS ENTRE
EL MOVIMIENTO DEL 15-M Y LOS ESTUDIANTILES DE LOS AÑOS 70 Buenos
días. Estoy muy agradecida por haberme invitado a este espacio en torno al
próximo Congreso de la AMP…La
pregunta que se me sugirió sobre las diferencias simbólicas entre el movimiento
del 15-M y los de los años 70 me pareció muy atractiva pues como a todos este
movimiento despierta una serie de
interrogantes y reflexiones que suponen todo un reto abordar.
La manera
en que voy a presentar esta pregunta es a modo de guiones para ser discutidos o
/pensados y también a través de una conversación con mi pareja:
1.- En primer lugar pienso que el 15M es la expresión de un
malestar que deviene en indignación, y su reto era y a lo mejor es, transformar
esta indignación en una acción política en base a su condición de movimientos
de masas imparable.
Pasados ya tres años de profunda crisis, surgió la
plataforma “Democracia real ya” que es la manifestación del deseo de intervenir
en el devenir del orden existente, y cuyo principal eje es que la política no
esté determinada por los mercados y junto a ello la regeneración democrática del sistema
político, y la defensa de una política social esto último en un marco donde las
desigualdades han aumentado de manera exponencial en forma incluso de amenaza
de fractura social irresoluble. En el combate entre el poder económico y político, el económico
siempre tuvo las de ganar pero en el transcurso de esta crisis la sumisión de
la política ha sido tan flagrante que hoy día se hace difícil considerar a ésta
un contrapeso que vele por el interés
general.
2.- Una cuestión que también había estado en las conversaciones era el porqué de esa supuesta pasividad o “falta de rebeldía” por parte de
la gente joven, si al parecer de ese 20%
del paro, el 43% afecta a esta generación.
3.- Para seguir pensando sobre los cambios simbólicos entre
este movimiento y los de los años del franquismo me ha llamado la atención el
hecho de que la marcha de los indignados de Barcelona del 19-J, una de las más
grandes de la historia de esta ciudad, terminara con una de las canciones de la
resistencia contra la dictadura, ‘L´estaca’ de Lluis Llach, estableciendo
quizás una continuidad entre los que luchamos entonces para establecer una
democracia y los que luchan ahora para mejorarla sustancialmente conforme a la
idea de que la que tenemos está lejos de
lo que la población desea y se merece.
4.- Para seguir buscando estas diferencias y semejanzas entre estos
dos movimientos. trasladé esta
pregunta a mi pareja. Resumo su
respuesta (aunque esto es un decir pues le gusta mucho hablar ;-) en lo que se
refiere a las DIFERENCIAS:
RESPUESTA1 DE F.: “En la movilización antifranquista (de índole claramente política y con un
objetivo bien claro de conquistar las libertades democráticas al modo de las
que se disfrutaban en los demás países de nuestro entorno europeo), había
partidos en la clandestinidad, otros operando ya de forma más o menos tolerada, había pues dirección política, objetivos,
organizaciones, por más que los recorridos de lucha fueran reconduciéndose
sobre la marcha y al albur de la espontaneidad de lo que llamábamos el
“movimiento de masas”. Éstas debían (debíamos) TOMAR LA CALLE, en sobresaltados y breves acciones de comando en muchas
ocasiones, y aunque a su alrededor se desenvolvían movimientos
contraculturales, ácratas, “situacionistas”, asamblearios, etc., cumplían un
papel de enseña hacia la utopía final a preparar primeramente trayendo los más
prosaicos derechos sociales y políticos que el franquismo nos hurtaba. No se
trataba pues de TOMAR LA PLAZA, lugar
que para ser ágora debiera tener previamente reconocido su derecho de ocupación
pública por sus ciudadanos O CONTAR CON
LAS POSIBILIDADES DE COMUNICACIÓN 2.0 QUE PROPORCIONAN LAS ACTUALES REDES
SOCIALES. Había además poco lugar para la batalla con las palabras. Lo
había sobre todo para la acción “contra la opresión”, y quedaban fuera, o solo
como señuelo de transformación total conforme al ideario del mayo del 68 o la
filosofía hippie, todo debate sobre
la vida cotidiana, la autoridad paterna o las costumbres, por más que ese fuera
el móvil de fondo de los jóvenes incluso en nombre de las llamadas
“reivindicaciones obreras” y “democráticas”. A través del acopio de eslóganes
que ha reunido la Puerta del Sol,
podría trazarse un paralelismo con las DIFERENCIAS. Si tienes tiempo para ello,
te lo “resumo” también ja, ja, ja”
[Qué
imponentes frases de revolución total se escribieron a la par en aquella época:
“Persigamos lo imposible” fue una de ellas cuando, mientras, se cocinaban las
reformas políticas de la Transición. El 15-M ha traído
sí pancartas con hermosas utopías
("Mis sueños no caben en tus urnas"), pero sus frases más
reproducidas han sido del estilo de "Rebeldes sin casa", "Me
sobra mes a final de sueldo", "¡Tengo una carrera y como
mortadela!",… ¿Quita o añade ‘glamour’ al objetivo puesto en marcha por
este movimiento, ese vivo protagonismo dado a lo material, contra lo que se ha
calificado “mas que una crisis, una estafa"? No es lo relevante, pues solo
podemos que reconocer que no podía ser menos: está el trasfondo de unas
escalofriantes cifras de paro, al menos no soportables al modo que se
soportaban en el pasado…]
5.- A mi entender, al 15-M lo caracteriza el ser un genuino Movimiento
de masas, su pérdida del miedo, su ruptura del aislamiento y a que [esto
quizás lo diferencie del movimiento estudiantil de los 70], en el 15-M, el modelo reivindicado sea en exclusiva
el asambleario, con mención expresa al
rechazo del aparato y funcionamiento propio de los partidos. Ahondando en esto último creo que brilla
por su ausencia la capacidad de dar sentido político a es el malestar cotidiano del que hablábamos.
Trasladé esta reflexión en forma de interrogación a mi
pareja sobre lo que le sugería, y esta fue su respuesta abreviada jajajaja,
esta vez destacando precisamente sus SEMEJANZAS:
RESPUESTA2 DE F.: La autoorganización demostrada por el 15-M, las
pruebas de perseverancia pacifista conseguida pese a las excepciones que han
producido esos ríos de hipócrita tinta y radio en torno al “desencanto”
producido por los acontecimientos ante el Parlamento catalán (que recordémoslo,
iba a aprobar drásticos recortes sociales), y ahora las fases de movilización
en manifestaciones de corte clásico como el 16-J, en una dirección que RETORNA DE LA PLAZA A LA CALLE, y cómo no a la “huelga general” que todo
clásico partido radical al uso ha ansiado siempre, eso sí sin padrinazgo
sindical (otra vez esa aprensiva
desvinculación a toda contaminación con las organizaciones regladas de la
democracia representativa), dan pruebas
de una fortaleza del movimiento al que no se le puede “exigir” una diáfana
continuidad buenista en el tiempo al
modo como desearía ser visto por el llamado elemento noble de la ciudadanía que
no quisiera que trascendiera más que como “aldabonazo a las conciencias”
(detenido en el benévolo eslogan "Si
no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir"), pues del menos noble solo
cabe esperar la cínica proclamación de su acuerdo con su “indignación” para
acto seguido calificar las acciones de sus protagonistas –concentraciones
frente a la toma de posesión de los alcaldes incluidas- como de totalitarias.
6.- Otra pregunta que me viene a la cabeza (por haberlo oído
en alguna mesa del II Foro sobre las servidumbres voluntarias) y que la dejo
para el debate en la sala es sobre la
manera en que opera, si es que lo hace,
el superyo colectivo. ¿Hay un sentimiento de culpa por no haber respondido
antes, por refugiarse en una soledad paralizante, por no pasar a la acción, por
aguantar los embates del mercado (contratos basura, generación ni-ni,..)?
Una de las respuestas que se me ocurren la proporciona el
hecho de estar todos inmersos en una época –digamos que de capitalismo avanzado-
en donde no se nos invita a no renunciar a nada. Todo lo contrario, se nos invita
a gozar más y más.
Como dice Carmen
Cuñat en “Las adicciones del Yo” El yo
del sujeto contemporáneo es el yo de la adicción. El yo actual parece haberse
convertido en un siervo ya no sufriente sino complaciente de ese imperativo
superyoico, del ello y por supuesto de sí mismo.
En mi opinión los componentes de 15M al dejar de estar
aislados, sufriendo/gozando en sus casas, y se muestran al contrario como sujetos no adictivos (que por ejemplo
utilizan la red Internet como herramienta para la movilización, que establecen limitaciones
como la del alcohol en las plazas y unas
normas de limpieza,…), que además
quieren dejar de gozar de la condición de víctimas.
7.-
Otra preguntas que me hago se refieren a la
posición subjetiva del sujeto por así decirlo, del 15M, de si en este momento
en que no hay relevantes creencias, cómo se intenta completar la falta y si ya no hay que
hacerse querer por el Otro…