martes, 5 de mayo de 2015

Exageración y retórica recurrente en el discurso del cambio en la competencia electoral

No ha mucho tiempo, en una jornada preparatoria como las que se organizan en estas fechas y hasta octubre desde la AMP (Asociación Mundial de Psicoanálisis), una participante me entrevistaba [*ver abajo], y yo desgrané con el pretexto de observar las diferencias simbólicas entre el movimiento del 15-M y los estudiantiles de los años 70, el rosario de lemas (recordemos « políticos : somos vuestros jefes y os estamos haciendo un ERE », o ese otro de « democracia, me gustas porque estás como ausente », etc) que brotaban de dicho espíritu como letras de una canción para la superación con mimbres nuevos de una crisis: la que en uno de dichos lemas que ha rescatado Miquel Bassols en su texto « Momentos de crisis » para las jornadas de este año se calificaba como de una estafa: Este lema (“esta crisis es una estafa”) « se ha ido instalando cada vez más como una interpretación individual de lo que se imponía como un malestar en el orden social producto de la llamada crisis del sistema financiero ». Lo que en otro tiempo se formulaba como jalones para un cambio inherente a los procesos de reorganización social, con este lema M. Bassols observa un « desplazamiento del diagnóstico en términos de delito, fraude y engaño ». Y desarrolla esta reformulación simbólica en lo que se refiere a todo el sistema del goce, del Otro goce.
Miquel Bassols, psicoanalista
Por otro lado dice Gil Caroz en otro documento para las jornadas, « el significante ‘crisis’ remite etimológicamente a un momento crítico donde las cosas basculan, así como a un juicio en torno a una decisión que hay que tomar ». Tiene mucha relación con el tiempo, y si Anna Arendt la coloca en el punto de encuentro entre el pasado y el futuro, lo que se presenta como tal ahora es la precipitación de acontecimientos, que no es -sigo citando a Gil Caroz- « una simple aceleración sobre la línea del tiempo » pues las nuevas tecnologías producen una especie de contracción del mismo (« Skype o Facebook abolen distancias y la duración se reduce a la inmediatez »), sino un nuevo imperativo que con humor resume en « corre o revienta », parafraseando el título de una conocida biografía y película  con El Lute de protagonista.
Y es en este aspecto en el que yo me quiero concentrar: Cuál es el discurso que como corolario en lo real de aquel espíritu del 15M se ha destilado -mayoría absoluta de la derecha mediante en las elecciones que siguieron a aquella Puerta del Sol-, pegado como al paño de Verónica tras el largo viacrucis de los tres años y medio de ese otro gran símbolo del duelo de la crisis cuales son los recortes. Mi intención es pues poner el énfasis en la volatilidad de ese discurso, de esa representación « nueva » de expresarse como “sujetos del cambio”.
Somos "la gente", no "la izquierda"
        La cruzada en favor de un presunto ‘fin de la historia’ mil veces llamada « bipartidista » en la política en España [el "son lo mismo" heredado de una Rosa Díez ahora caída en desgracia], no es escondida ya por sus protagonistas de Podemos (que en realidad pugnaban por debilitar una pata de ese supuesto ‘establishment’ bipartidista), o por esa otra gran « sorpresa » llamada Ciudadanos (haciendo la competencia a esa otra pata), como en realidad un impaciente pulso por postularse también para el poder por un atajo, que esquive procelosos caminos que incluya necesariamente la creación de equipos, maquinaria y finalmente « aparatos ». Y ello con un recurso infatigable en el discurso a la modernidad y juventud, al nuevo relato de la « participación » ciudadana con mimbres tales como la redes sociales y las plataformas de decisión que usan internet. Ese relato de lo « moderno » versus  lo « antiguo », esa puja en la apuesta por dejar atrás, y destruyéndolas si cabe (sin reparar en lo grave de ese daño colateral), organizaciones tradicionales que pudieron en largos años pasados de andadura haberse forjado en la conquista de libertades y derechos para la ciudadanía y los trabajadores, no deja de ser curioso ese relato –digo- como materia de estudio del nuevo lenguaje político que parecería ser necesario estructurar para hacerse oír y solicitar el voto, con gran improvisación dadas las prisas -y sin embargo buen resultado en el momento inmediato- pues las convocatorias electorales apremian, y unas se suceden a otras sin solución de continuidad en este año.
Foto tomada de "El confidencial"
Para entender cómo es posible que términos como « derecha » e « izquierda » de gran socorro simbólico por el útil acerbo de referencias históricas y de ideario que proporcionan desde su implantación en la Francia posilustrada,  sean cansinamente demonizados como inservibles y cosa del pasado por actores presuntamente líderes del cambio ‘anticapitalista’ en el caso de Podemos, o de la regresión recentralizadora –esa sí entonces incorruptible- de una gran Administración estatal con todas las competencias en el caso de Ciudadanos, el recurso a un patriotismo de manual en asuntos que tengan que ver con Europa y cultivando el espejismo de la transversalidad, por citar solo algunos ejemplos de desdibujados ejes programáticos que han explicitado, tendríamos que recurrir a la alquimia de la politología, a la fascinación por las encuestas, y al marketing electoral al que son sometidas ahora muchas de las decisiones de campaña con el objetivo de una pura y simple obtención de votos a toda costa pero eso sí, sin el desgaste de una práctica de gobierno por presunto respeto de las esencias asamblearias o de algún llamado 'comité interno de integridad programática' o similar  según los casos.
La izquierda "tradicional": objetivo a batir desde todos lados... 

No es casual que esos nuevos actores de la política que han entrado a jugar en la escena con gran arrobo (y apoyo mediático según cadenas) como responsables del « terremoto » (léase elecciones andaluzas, y ahora las municipales) mil veces calificado así por sus locutores o voceros, procedan en muy importante parte del profesorado de Sociología, Consultoras o directamente Escuelas de Negocios, en algunos casos habiendo trabajado para otros países (ahora retirándose para “volar” mejor como “intelectuales” -sic), o como conferenciantes bien pagados por dichas escuelas exponiendo las distintas ocurrencias de política económica y de creación de empleo que en sus ‘brain storming’ se idean, y en casi todos los casos, curtidos en tertulias varias y con maquillajes al gusto mediático. Merece la pena a este respecto escuchar a Owen Jones, socialista británico, escritor y columnista de The Guardian (‘chacal rebuznante’ según Fox News), su alerta del gran triunfalismo del 'establishment' en su amenaza a la democracia desde arriba creyendo haber derrotado al enemigo por sus victorias parciales en esa cruzada de descrédito de la socialdemocracia, que encuentra tantos sorprendentes aliados (como en el reciente ataque a los sindicatos de clase por parte de A. Rivera el pasado 1º de mayo). La pasokificación del laborismo, si éste atacase al modo que sucedió en Grecia a su propia base, está en el objetivo deseado de toda derecha europea, por más que alternativas radicales surjan como señuelos de derivación de los sentimientos de cambio, en el fondo menos amenazantes para sus intereses en el medio plazo.
Desde esa atalaya, sin estructura de base previa anclada en organizaciones territoriales históricas o de base ciudadana al modo del citado Labour Party o en general de la socialdemocracia europea, nuevos líderes han emergido como la espuma con el estandarte de un discurso « nuevo » que supere  « viejas » confrontaciones derecha vs. izquierda como reclamo (casta vs. gente, Estado Federal y débil/dilapidador vs Centralizado y fuerte/eficiente,...)  La caducidad de un planteamiento así -harto reduccionista y simplificador- tan pronto se roza el ejercicio del poder (que v.gr. se ha eludido de un modo pueril para "no contaminarse" en el caso de la negativa a abstenerse en la investidura de Susana Díaz en Andalucía para que pueda formar gobierno, y a lo que asistiremos en la formación de ayuntamientos y gobiernos autónomos ahora, con ¡ay! su (in)definición además en lo que a cuestiones nacionales se refiere), su debilidad -insisto- como único argumento para la competición, es aprovechado claro está por quienes aún en el poder cuentan con ese otro gran reclamo del discurso conservador de no aventurarse a cambio alguno, contrarrestando así de un solo disparo a sus dos letales enemigos a batir: a esa base social que obraría como supuesto soporte de la tozuda « izquierda » que siempre rebrota pese al discurso de sus enterradores, y a sus representaciones políticas « viejas »  (y de paso también a las  « nuevas ») que obran en el escenario electoral.
Seriedad y risas bufas de la derecha, esta sí una 'casta-pata-negra' [foto feb-2015]
El ideal reunido como oportunidad imaginaria de la crisis en los conceptos de prosecución de una mayor justicia social y de una también mayor pureza democrática, y no lucha de clases al fin y al cabo, es captado como eje de ilusión de cambio por parte de todos los actores políticos, tanto nuevos como de la llamada ‘casta’, pero desdibujarse así incluso quienes aspiran a ser sustitutos de ésta, tiene esas servidumbres: Alumbrar la esperanza con palabras que aludan a la rápida transformación por intermedio de un cambio con personas nuevas en el poder, no de los sujetos o de las organizaciones (esas sí « viejas ») que hagan posible esa transformación, estas sí también, una vieja herramienta de la construcción de esa esperanza. Y ello claro tiene sus inconvenientes en la falsa verosimilitud presente de las expectativas creadas y en el desencanto que le suceda inmediatamente después. Pero esa ya es otra historia: Lo primero es llegar al poder y luego…ya se verá.

        La historia puede necesitar que se transiten caminos de novedades viejas con nombres nuevos cuando los poderes reales (esos que englobamos como fácticos en el orden de lo financiero, de lo confesional con sus jerarquías, de lo « económico » con sus lobbies y en su caso de lo directamente represivo con los instrumentos de un derecho amordazado o de la fuerza), articulen desmontar derechos « viejos » con también señuelos  « nuevos »…

*[Artículo leído de Olga Álvarez y Entrevista, en enero de 2012:]
EN TORNO A LAS DIFERENCIAS SIMBÓLICAS ENTRE EL MOVIMIENTO DEL 15-M Y LOS ESTUDIANTILES DE LOS AÑOS 70               Buenos días. Estoy muy agradecida por haberme invitado a este espacio en torno al próximo Congreso de la AMP…La pregunta que se me sugirió sobre las diferencias simbólicas entre el movimiento del 15-M y los de los años 70 me pareció muy atractiva pues como a todos este movimiento despierta  una serie de interrogantes y reflexiones que suponen todo un reto abordar.
             La manera en que voy a presentar esta pregunta es a modo de guiones para ser discutidos o /pensados y también a través de una conversación con mi pareja:
 1.- En primer lugar pienso que el 15M es la expresión de un malestar que deviene en indignación, y su reto era y a lo mejor es, transformar esta indignación en una acción política en base a su condición de movimientos de masas imparable.
Pasados ya tres años de profunda crisis, surgió la plataforma “Democracia real ya” que es la manifestación del deseo de intervenir en el devenir del orden existente, y cuyo principal eje es que la política no esté determinada por los mercados y junto a ello  la regeneración democrática del sistema político, y la defensa de una política social esto último en un marco donde las desigualdades han aumentado de manera exponencial en forma incluso de amenaza de fractura social irresoluble. En el combate entre  el poder económico y político, el económico siempre tuvo las de ganar pero en el transcurso de esta crisis la sumisión de la política ha sido tan flagrante que hoy día se hace difícil considerar a ésta  un contrapeso que vele por el interés general.
2.- Una cuestión que también había estado  en las conversaciones  era el porqué de esa supuesta  pasividad o “falta de rebeldía” por parte de la gente joven,  si al parecer de ese 20% del paro, el 43%  afecta  a esta generación.
3.- Para seguir pensando sobre los cambios simbólicos entre este movimiento y los de los años del franquismo me ha llamado la atención el hecho de que la marcha de los indignados de Barcelona del 19-J, una de las más grandes de la historia de esta ciudad, terminara con una de las canciones de la resistencia contra la dictadura, ‘L´estaca’ de Lluis Llach, estableciendo quizás una continuidad entre los que luchamos entonces para establecer una democracia y los que luchan ahora para mejorarla sustancialmente conforme a la idea de  que la que tenemos está lejos de lo que la población desea y se merece.


4.- Para seguir buscando estas diferencias y semejanzas entre estos dos movimientos.  trasladé esta pregunta  a mi pareja. Resumo su respuesta (aunque esto es un decir pues le gusta mucho hablar ;-) en lo que se refiere a las DIFERENCIAS:

          

RESPUESTA1 DE F.: “En la movilización antifranquista  (de índole claramente política y con un objetivo bien claro de conquistar las libertades democráticas al modo de las que se disfrutaban en los demás países de nuestro entorno europeo), había partidos en la clandestinidad, otros operando ya de forma más o menos tolerada,   había pues dirección política, objetivos, organizaciones, por más que los recorridos de lucha fueran reconduciéndose sobre la marcha y al albur de la espontaneidad de lo que llamábamos el “movimiento de masas”. Éstas debían (debíamos) TOMAR LA CALLE, en sobresaltados y breves acciones de comando en muchas ocasiones, y aunque a su alrededor se desenvolvían movimientos contraculturales, ácratas, “situacionistas”, asamblearios, etc., cumplían un papel de enseña hacia la utopía final a preparar primeramente trayendo los más prosaicos derechos sociales y políticos que el franquismo nos hurtaba. No se trataba pues de TOMAR LA PLAZA, lugar que para ser ágora debiera tener previamente reconocido su derecho de ocupación pública por sus ciudadanos O CONTAR CON LAS POSIBILIDADES DE COMUNICACIÓN 2.0 QUE PROPORCIONAN LAS ACTUALES REDES SOCIALES. Había además poco lugar para la batalla con las palabras. Lo había sobre todo para la acción “contra la opresión”, y quedaban fuera, o solo como señuelo de transformación total conforme al ideario del mayo del 68 o la filosofía hippie, todo debate sobre la vida cotidiana, la autoridad paterna o las costumbres, por más que ese fuera el móvil de fondo de los jóvenes incluso en nombre de las llamadas “reivindicaciones obreras” y “democráticas”. A través del acopio de eslóganes que ha reunido la Puerta del Sol, podría trazarse un paralelismo con las DIFERENCIAS. Si tienes tiempo para ello, te lo “resumo” también ja, ja, ja”

 [Qué imponentes frases de revolución total se escribieron a la par en aquella época: “Persigamos lo imposible” fue una de ellas cuando, mientras, se cocinaban las reformas políticas de la Transición. El 15-M ha traído sí  pancartas con hermosas utopías ("Mis sueños no caben en tus urnas"), pero sus frases más reproducidas han sido del estilo de "Rebeldes sin casa", "Me sobra mes a final de sueldo", "¡Tengo una carrera y como mortadela!",… ¿Quita o añade ‘glamour’ al objetivo puesto en marcha por este movimiento, ese vivo protagonismo dado a lo material, contra lo que se ha calificado “mas que una crisis, una estafa"? No es lo relevante, pues solo podemos que reconocer que no podía ser menos: está el trasfondo de unas escalofriantes cifras de paro, al menos no soportables al modo que se soportaban en el pasado…]
5.- A mi entender, al 15-M lo caracteriza el ser un genuino Movimiento de masas, su pérdida del miedo, su ruptura del aislamiento y a que [esto quizás lo diferencie del movimiento estudiantil de los 70], en el  15-M, el modelo reivindicado sea en exclusiva  el asambleario, con mención expresa al rechazo del aparato y funcionamiento propio de los partidos. Ahondando en esto último creo que brilla por su ausencia la capacidad de dar sentido político a es el malestar  cotidiano del que hablábamos.


Trasladé esta reflexión en forma de interrogación a mi pareja sobre lo que le sugería, y esta fue su respuesta abreviada jajajaja, esta vez destacando precisamente sus SEMEJANZAS:


RESPUESTA2 DE F.:  La autoorganización demostrada por el 15-M, las pruebas de perseverancia pacifista conseguida pese a las excepciones que han producido esos ríos de hipócrita tinta y radio en torno al “desencanto” producido por los acontecimientos ante el Parlamento catalán (que recordémoslo, iba a aprobar drásticos recortes sociales), y ahora las fases de movilización en manifestaciones de corte clásico como el 16-J, en una dirección que RETORNA DE LA PLAZA A LA CALLE, y cómo no a la “huelga general” que todo clásico partido radical al uso ha ansiado siempre, eso sí sin padrinazgo sindical (otra vez  esa aprensiva desvinculación a toda contaminación con las organizaciones regladas de la democracia representativa), dan pruebas de una fortaleza del movimiento al que no se le puede “exigir” una diáfana continuidad buenista en el tiempo al modo como desearía ser visto por el llamado elemento noble de la ciudadanía que no quisiera que trascendiera más que como “aldabonazo a las conciencias” (detenido en el benévolo eslogan  "Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir"), pues del menos noble solo cabe esperar la cínica proclamación de su acuerdo con su “indignación” para acto seguido calificar las acciones de sus protagonistas –concentraciones frente a la toma de posesión de los alcaldes incluidas- como de totalitarias.
6.- Otra pregunta que me viene a la cabeza (por haberlo oído en alguna mesa del II Foro sobre las servidumbres voluntarias) y que la dejo para el debate en la sala es sobre la manera  en que opera, si es que lo hace, el superyo colectivo. ¿Hay un sentimiento de culpa por no haber respondido antes, por refugiarse en una soledad paralizante, por no pasar a la acción, por aguantar los embates del mercado (contratos basura, generación ni-ni,..)?
Una de las respuestas que se me ocurren la proporciona el hecho de estar todos inmersos en una época –digamos que de capitalismo avanzado- en donde no se nos invita a no renunciar a nada. Todo lo contrario, se nos invita a gozar más y más.

Como dice Carmen Cuñat  en “Las adicciones del Yo”  El yo del sujeto contemporáneo es el yo de la adicción. El yo actual parece haberse convertido en un siervo ya no sufriente sino complaciente de ese imperativo superyoico, del ello y por supuesto de sí mismo.

En mi opinión los componentes de 15M al dejar de estar aislados, sufriendo/gozando en sus casas, y se muestran al contrario como sujetos no adictivos (que por ejemplo utilizan la red Internet como herramienta para la movilización, que establecen limitaciones como la  del alcohol en las plazas y unas normas de limpieza,…), que además quieren dejar de gozar de la condición de víctimas.


7.- Otra preguntas que me hago se refieren a la posición subjetiva del sujeto por así decirlo, del 15M, de si en este momento en que no hay relevantes creencias, cómo se intenta completar la falta y si ya no hay que hacerse querer por el Otro…

sábado, 24 de mayo de 2014

España de Cañete y pandereta...y la cruzada contra el "bipartidismo"



Cañete "batiendo el cobre"...

...y probando pintxos sin caducar
Primero fue que el “tapado” Cañete no era anunciado como candidato hasta ya muy cerca del periodo electoral. Con patético supuesto misterio, Alfonso Alonso portavoz del PP en el Congreso, “tenía el honor” con risita sardónica de adelantar en sede parlamentaria la “primicia” de su candidatura, y en sesión informativa tras Consejo de Ministros, acompañaba a la vicepresidenta-para-todo, Sáenz de Santamaría, para anunciar ambos también entre risas esa misma buena nueva: Vamos, Parlamento y Gobierno, instituciones supuestamente por encima de siglas y pertenecientes a todos los ciudadanos, manejadas cual cortijo propio, cual carril bus exclusivo de E. Aguirre o cual la misma sede de Génova  por señoritos autosuficientes, capaces de violar toda la reglamentación que prohíbe la campaña fuera de periodo electoral, amén del uso de recursos institucionales.
Cañete admirado por la mujeres: Cospedal, Sáenz de Santamaría, Ana Mato...
Nuestro gran hombre de negocios con el tan productivo (y jugoso) servicio de  'bunkering' , o lo que es lo mismo, de desleal competencia (por incompatible licencia de tal negocio suyo para la Administración con su cargo de Ministro al servicio de ésta) con ese mismo servicio -este sí antipatriótico- prestado por el gobierno del Peñón, que en sus manos es poco menos que "piratería y un castigo intolerable al medio ambiente", estaba dispuesto nada menos que a dilapidar su gran capacidad de “batir el cobre”, “dejarse la vida”, y alguna hazaña más por España y los intereses del campo patrio “trayéndose millones de Bruselas” (esos que la UE ha repartido a anteriores gobiernos y a éste, en razón de la PAC, sin que hubiera que enviar a los Tercios de Flandes pero que ahora para las medallas es oportuno invocarnos con manejo de cifras siempre cocinables), renunciando a ello desde el Ministerio de Agricultura, que al parecer solo maneja intereses no superiores al 5% del PIB (y ¡ay! del Medio Ambiente de su Ley de Costas de amnistía del desaguisado urbanístico), para hacerlo en el futuro desde una presumida comisaría del Consejo Europeo.
Estaba yo dispuesto pues con una entrada en este blog a desahogar todo mi hartazgo con esa realidad de discurso de pandereta que se nos avecinaba antes de que tal periodo electoral se abriese, aunque solo fuese para gritar: “¡ese tipo de gente no nos representa a España!”, “¡no quiero que me identifiquen con algo así ni aquí ni fuera de mi país!”, para proclamar yo que esa huera campechanía que se le atribuía no es sino la típica bravuconería de tertuliano de bar, que por hablar más fuerte y socarronamente tirando de manual refranero, acalla cualquier tímido intento conversador para, en fin, contradecirlo desde la modesta tribuna pública que proporcionan las redes sociales por Internet, cuando…he aquí que Cañete soltó otra socarronería más de su contenido archivo machista al uso: la de la superioridad intelectual respecto a las mujeres.
Todo lo demás es ya muy conocido. Su tardanza en pedir perdón (cinco días esperando a “disponer de un medio suficientemente masivo –la Cope- para expresarlo”) y esa soberbia de confiar en que se “deshinchase” por sí sola esa “manipulación de los progresistas”. Este gobierno lleva más de dos años asistiendo con su rodillo de mayoría absoluta al deshinchamiento de todas las indignaciones sucesivas con sus recortes y “reformas” de la legislación, destruyendo derechos adquiridos, y ésta no sería más que una anécdota dentro del montón que se apaciguaría por sí sola
Para cuando alguien lea esto, las elecciones europeas ya se han celebrado. Lo más seguro es que el resultado sea tan repartido “como se esperaba”, “no tan malo para unos o incluso mejores para otros de lo previsto”, o “quedará demostrado” esto o aquello (entre otras cosas, que no ha afectado tanto esa polémica sobre el machismo como 'pretendían' esos ‘progresistas’ de “la Valenciano”), y en fin que los “partidos pequeños” “tenían razón” al decir que PP y PSOE “son lo mismo”

La Santa Cruzada de los "pequeños" contra el “bipartidismo” y …

Díez:  "Son lo mismo"
Valenciano y Rubalcaba
Sobre esto último, si los viejos fundadores de lo que ahora se menosprecia con el uso peyorativo del término socialdemocracia levantaran la cabeza, oyendo hablar una y otra vez y sin rubor así, como campeones de una cruzada contra el maléfico “bipartidismo”, a estos aspirantes a saldar cuentas personales con sus antiguos dirigentes en el caso de Rosa Díez o a competidores históricamente desde el estalinismo con la corriente socialista al modo ortodoxo que lo hace Cayo Lara,  tendrían entonces que preguntarles cómo diantres los cimientos del estado del bienestar amenazados ahora no encuentran más oposición realista contra su demolición que invocando precisamente esos mismos principios y orígenes de las organizaciones socialdemócratas…¿O es que habrá que felicitarse de la ruptura al fin del demonizado bipartidismo para que así fuerzas como el UKIP, el FN francés, los seguidores de Willer en Holanda,… tengan su "justa" representación como canalizadores del descontento...? La letanía del “son lo mismo”, tan cara por otra parte a los que por corrección política y estupenda “equidistancia”, o peor, por el triste imperio en la actualidad del pensamiento light con que evitarnos la incomodidad de una posible etiqueta con la que se nos amenaza al menor balbuceo de afinidades que uno libremente exprese, tiene una música idéntica en versión especular a la de la rezada (nunca mejor dicho procedente de los devotos de Frascuelo y de María al modo de la poesía de Machado) por la derecha carpetovetónica y de sacristía de toda la vida, al igualar en su discurso a la izquierda con cualquier versión malencarada o violenta que surja de sectores incontrolados de la sociedad civil. Es una irresponsabilidad que atenta contra la sana competencia política recurrir al socorrido relato de la “mismidad” de los otros por obtener un pírrico rédito de votos adicionales, al precio de expandir el escepticismo o el desconocimiento de las reales diferencias, a no ser que sin confesarlo se predique que la ignorancia sea útil a sus fines.
Martin Schulz candidato socialista a presidir la Comisión Europea
Los resultados de estas elecciones, en los porcentajes que finalmente hayan tenido lugar
permitiendo apenas un cambio de tercio de mayoría, hasta ahora en las manos coservadoras  protagonistas de la fracasada política de austeridad de la “troika”, y que confirmando previsiones suponen una entrada en liza de esas otras “alternativas” populistas con las consecuencias de atomización correspondientes, nos hablan de que dejando al Parlamento Europeo con un espectro del resultado en escaños en precario en lo que se refiere a poder defender lo que la socialdemocracia pueda representar aún en Europa, y que sigo entendiendo que es un activo a defender con denuedo conforme al espíritu y la letra de pensadores y sociólogos como Tony Judt, se hace difícil que puedan ser favorecidos precisamente los principios y objetivos que esos antecesores de la actual socialdemocracia pudieron dejar como herencia en forma de derechos propios del llamado 'estado del bienestar', en las antípodas de todo lo que representa el discurso de charanga y pandereta de nuestra derecha más tradicional.

domingo, 12 de enero de 2014

'Inside Llewyn Davis' y “Todo Boyero”



Hablar de esta película de los hermanos Coen   en  "A propósito de Llewyn Davis" es hablar de un personaje que no existió pero que puede ser réplica de otro músico Dave Van Ronk que fuera compañero y después productor de grandes artistas,  y como tal “toda  una institución para las generaciones de músicos” de los años sesenta que pasaron por el célebre barrio Greenwich Village de Nueva York, Bob Dylan y Joni Mitchell entre otros, metáfora del  perdedor que deja finalmente paso a otros folk singers que como los citados despuntarían ya definitivamente, encontrando al fin su momento, el que se le hurta aún al ‘loser’ protagonista de la historia.

Pero también es hablar ¡ay! del modo en que la crítica “divina” trata toda obra de directores consagrados que bajan al ruedo de las “películas sencillas” o con pretensiones menos espectaculares. Esto viene a cuento de la crítica que sobre esta película escuché de Carlos Boyero en El País TV,  ese autoerigido demiurgo, pese a sus engoladas protestas en contrario relativas a su “soy una persona normal” o “genuina” (sic), expresiones soberbias donde las haya, la primera por replicar con mohín de falsa modestia contra la presupuesta exaltación que se le deba o esté acostumbrado a escuchar, la segunda por retirar de golpe toda discrepancia por “fatua” o no consistente por “inauténtica”.

Desde hace algún tiempo en los programas de  Carles Francino (ahora en La Ventana de la SER de las tardes del viernes), ese mayestático “Todo Boyero” como se titula la sección, ya se nos propone de entrada circunscribirnos a su Persona –así con mayúscula-, más que a la crítica buena o mala que pueda elaborar de las películas que presumiblemente son el objeto de la admiración de sus fan. Estos en sus llamadas telefónicas parecerían dispuestos a reforzar su ego con preguntas tales como “quisiera saber qué le parece a C.B. esa película que a mí me gustó tanto” como buscando un ‘placet’ suplementario al gusto o disfrute que pudo tener con la misma, no fuera que se le hubiera escapado algo que al iluminado y genuino C.B. no, gracias a sus especiales cualidades de genuinidad.

Pero es el caso que, o bien los achaques de la edad (por utilizar una expresión a la que recurre mucho él mismo), o bien el agotamiento de un retórico abuso de mucha legítima dosis de provocación (papel que desempeñó durante largos años en el diario “El Mundo”, al alimón con la supuesta heterodoxia, en realidad refugio  variopinto de muchos anarco-derechistas de todo pelaje, asfixiante medio del que en justo reconocimiento debió tener que huir como el humorista Forges), hacen que como vino a insinuar el escritor  Javier Marías sin citarlo expresamente en su sección semanal del EP, sus “críticas” versen básicamente en si le “removió las entrañas”, le “arrancó alguna emoción”, si le “importaba algo lo que le contaban”,  si tal como lo hacían “lo dejaban indiferente”, si… Si se le añade además ese popular aderezo sobre la independencia ni casamiento con nadie, particularmente con el cine español o supuestamente intocables “vacas sagradas” del mismo, se tiene ya entonces a medio auditorio ganado.

El subjetivismo como brújula suprema de referencia, como categoría de idoneidad del comentario crítico esbozado, de la auténtica verdad a tener en consideración. Todo lo demás serían pedantes esfuerzos de objetivación propias de aspirantes a ensayista fieles a modas valorativas o peor aún, a simples y vacuos recursos a terminologías en alza en cada época: De ahí sus persistentes campañas contra molinos imaginados, como el de la “visión progresista”, “el cine iraní”, la banalidad del uso de “buenismo”, “epifanía”, y otros signos (cielo santo) de la decadencia del acto “responsable” del ejercicio de comentar, que no debe contar más que con decir “de verdad”, lo que verdaderamente “se siente”: ¿Tan largo recorrido en la historia del pensar, para llegar a esa barata tautología de negar al lector la información que realmente tiene este hurtado conocer si no es duplicándole su esfuerzo, cual es que le hablen de los objetivos del director en esta película, los antecedentes, el mecanismo de su puesta en escena y guión, o la resolución estructural de una historia, todo ello claro está sin reventárnosla pero no reduciéndose a si al crítico le emocionó o no?

Porque claro, le emocionan a C.B. “absolutamente” películas como la larguísima, lloricona y previsible "La vida de Adèle", y otras que no recuerdo ahora, que desde dicha subjetividad radical le “puedan haber llegado muy hondo”, pero a la vista de esta y otras super-emociones y desencantos experimentados, uno llega a la conclusión de que más vale ir a verlas, eso sí dejando a un lado dichas radicales exaltaciones o diatribas, tanto da, no sea que las decepciones o sorpresas sean mayúsculas. Si se quiere disfrutar con ese contraste de pareceres subjetivos, adelante, pero que luego no nos resintamos del vaciado impune de nuestros bolsillos... Buscar la información que se reclama del crítico presumiblemente especializado que trabaje duro con su labor, no es ponerse a la cola a que alguien nos diga qué le pareció, desde la privilegiada atalaya con que ahora cuenta en EP dentro de la rigurosa jerarquía de críticos, hasta el punto de ser quien una y otra vez, ya sea en Cannes, ya en Venecia, pueda ser el enviado especial destinado a quejarse de lo que se aburre soberanamente ahora en ellos, y a ejercer de cascarrabias sobre el cine de ayer y de ahora, salvo ¡ay menos mal! “honrosas excepciones”.

Carles Francino en "Todo Boyero"
Y volviendo a ‘Inside Llewyn Davis’ no podré ejercer de crítico pues del cine solo soy un espectador, pero al desafuero de calificar C.B. a esta película de solo con “destellos”, alguna atmósfera ”inquietante”, un personaje por el que no puede tener “interés” (sic) por caerle “antipático” y del que no le importa pues nada, debo contraponer que con medido misticismo y humilde factura, los hermanos Coen retratan sí una atmósfera, no solo sus destellos, pero también un personaje que resulta creíble y como razonablemente real, sin grandes alharacas y efectos especiales musicales, es cierto, pero que entretiene e incluso hace sonreír, como con la anécdota del gato. Que no se “emocione” nuestro crítico estrella, no debiera esta vez sí –y todas las demás veces tampoco- importarnos un bledo: No se trata al acudir a la crítica con que nos topemos casi siempre con el mínimo esfuerzo de “análisis” cual es reunir las palabras adecuadas con que resumir la fibra sensible que le haya afectado en lugar de la más o menos elaborada reseña cinematográfica que en justo derecho es lo que buscamos los que indagamos en la sección experta de cine: Presumiblemente debiera hablar ésta de las películas, no de esa interacción subjetiva con las mismas por muy Gran Líder de la Crítica Independiente ni por más que "sin pelos en la lengua" (me recuerda a los reality shows...) pase a regalar los oídos de la audiencia también en este frente con esa cosa tan “rompedora” como es desfacer gustos y supuestos mitos con solo expresar los suyos propios: Un seguimiento así no sería más que papanatismo. 



 

miércoles, 16 de octubre de 2013

Cuando el Paraíso se ofrece como desamor y desesperanza: De la Trilogía de Ulrich Seidl



Cartel en cines La Alhóndiga de Bilbao
Las tres virtudes teologales para alcanzar el Paraíso (la Caridad –como Amor-, la Fe y la Esperanza) que algunos conocemos por protagonizar el Catecismo aprendido, parecen expuestas en forma respectiva de película en los sucesivos festivales de Cannes, Venecia y Berlín, formando la Trilogía ‘Paraíso’ (presente al fin en las carteleras españolas) del director austríaco Ulrich Seidl, adoptando quizás por ello la nomenclatura religiosa para sus títulos tan cara a la católica Austria que a su vez tanto deploran el escritor Thomas Bernhard en sus obras (las autobiográficas El origen, El sótano, El aliento, El frío y Un niño; también en El trastorno, El ignorante y el demente…) o que recrea en sus penumbras sociales la premio Nobel de literatura Elfriede Jelinek (La pianista, Las amantes, Los excluidos, Obsesión, Bambilandia), todos ellos de ese país.
Ulrich Seidl

En la primera de las películas, ‘Paraíso: Amor’, una madre de unos cincuenta años que instruye a su hija adolescente sobre cómo comportarse, tanto al cuidado de su piadosa hermana tan celosa de buscar seguridad (la protagonista de la segunda “Paraíso: Fe’), como cuando acuda al campamento donde aprender a controlar su sobrepeso en  Paraíso: Esperanza’, se va de vacaciones a la exótica Kenia en busca de una quimera: obtener a plazo fijo el ser querida con acompañamiento de sexo, conforme a un inconfesable prejuicio de superioridad de civilización y claro está, económica “muy clase media occidental”.

Amor
En el establecimiento hotelero y su playa, los ‘beach boys’ que ofrecen sus abalorios y servicios a estas que denominan ‘sugar mama’, persiguen algo muy distinto que la protagonista Teresa (la actriz Margarete Tielsel) no es capaz o no quiere admitir, en un ejercicio de incomunicación tan patético consigo misma como en las “conversaciones” telefónicas con su hija, resueltas con cáusticos mensajes dejados en los contestadores recíprocos.
Esperanza













 

El espectáculo de “desamor” y frustración del lado de la madre (inefable la ciega trayectoria de malentendido afecto con la supuesta excepción a dicho juego encarnada por el joven nativo Munga -actor Peter Kuzungu- al que castiga pegándole por “mentir” con ello), como por otra parte de “desesperanza“ del lado de la hija en su campamento de niños obesos en medio de idílicas montañas (escenario de la tercera película comentada), completan de manera originalmente coral un mundo en el que la palabra está vetada, expulsada por los mixtificados recursos de “autoayuda” ofrecidos por los viajes o campamentos tanto da.

El énfasis en la estúpidas disciplinas planteadas a la joven Melanie -actriz M. Lenz- junto al grueso muro de incomprensión levantado contra su búsqueda de algo que pueda parecerse a un padre, que aprovecha para sus melifluas perversiones un inopinado “médico”, ofrecen un panorama de malestar que solo a duras penas es capaz de balbucear (a un contestador-grabador de teléfono claro está) una Melanie ya desconsolada.
Fe

Tres películas para ver como quien roza de manera áspera una realidad sorprendentemente cercana -a pesar de su apariencia irrisoria y de ser expuesta con recursos tan minimalistas-, y que dejan muy posado en nuestra cabeza ese amargo e inquietante latigazo de reflexión a menudo muy rehuída cuando se identifica aquella realidad -en un ejercicio de supuesta autodefensa- como algo presuntamente ajeno a nosotros o nuestro entorno. 
[Entrada para su publicación en la revista "Carretel"] 



Filmografía de Ulrich Seidl:
1990 Good News
1992 Mit Verlust ist zu rechnen (Con pérdidas previstas)
1995 Tierische Liebe (Amor salvaje)
1999 Modelos
2001 Hundstage (Días de canícula)
2003 Jesús, ya lo sabes
2012 Paraiso
 

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Responsabilidad individual versus colectiva: Hannah Arendt


Cartel de la película Hannah Arendt
«Donde todos son culpables, no lo es nadie [...] Siempre he considerado como la quintaesencia de la confusión moral que en la Alemania de la posguerra aquellos que estaban completamente libres de culpa comentaran entre ellos y aseguraran al mundo cuán culpables se sentían, cuando, en cambio, sólo unos pocos de los criminales estaban dispuestos a mostrar siquiera el menor rastro de arrepentimiento.»
            De H.A. Responsabilidad personal en la dictadura 1964

La película de Margaret Von Trotta sobre H.A. (definida a sí misma como pensadora de la Teoría Política más que filósofa), pone de nuevo en boga ese espinoso asunto de la responsabilidad moral del individuo.
Leemos en Wikipedia que Hannah Arendt consideró que el proceso contra Eichmann que cubrió como  corresponsal en Jerusalén, se habría realizado correctamente y que vio jurídicamente irrelevante la defensa que quiso disculpar su responsabilidad en tanto que “ruedecilla en el enorme engranaje del aparato burocrático”.  «Durante el nacionalsocialismo, todos los niveles de la sociedad oficial estuvieron implicados en los crímenes.», v.gr. las medidas antisemitas que antecedieron a los crímenes en masa y que fueron consentidas en todos y cada uno de los casos «hasta que se llegó a un punto en el que ya no podía pasar nada peor.». Los hechos no fueron realizados por «gánsteres, monstruos o sádicos furibundos, sino por los miembros más respetables de la honorable sociedad.». Por eso señala a los que colaboraron y siguieron órdenes proponiendo preguntarles no «¿por qué obedeciste?», sino «¿por qué colaboraste?».


A esto le puso un nombre con una expresión que traería cola: “La banalidad del mal”. Y trajo cola porque una trivialización de su razonamiento condujo a ser acusada de relativizar la monstruosidad de los criminales concretos y más sobresalientes, en aras de repartir ésta entre muchos más colaboradores, incluidos ¡ay! algunos rabinos, asociaciones o autoridades judías, intentando furibundamente éstas poner sordina sobre cualquier sombra que nublase su comportamiento de ocasional colaboración si no de silencio en que un engranaje perverso tal pudiera abrirse camino sin aparente dificultad en la Alemania de entreguerras.


Esa tensión aún prevalece, siendo incluso H.A. tachada de antijudía por algún que otro poderoso lobby judío (de NY sobre todo) hasta extremos de calumnia o aplicándosele la medicina autoritaria de mal recuerdo cual fue la censura (si no la quema directa) de su producción en el país a que dio origen la exitosa propuesta sionista de creación del estado de Israel con la que ella misma simpatizó.



Burmeslstein durante la entrevista de Jot Down
Una entrevista en la publicación Jot Down al hijo del rabino B. Murmelstein, responsable judío del gueto de Terenzin que antes había estado al frente de la oficina de inmigraciones judías de Viena fundada por Eichmann, así lo corrobora. En ella arremete contra esta mujer mostrada según él “como heroína” por el filme citado, cuando “esa discípula del nazi Heiddeger” puso tierra de por medio “cuando otros arriesgaron quedarse para salvar vidas” aunque ello supusiera la de sacrificar a otras.  Se refería a la experiencia de su padre, objeto de un documental exhibido en el último Festival de Cannes con un hilo argumental que contrarrestaría el aura de traidor con el que por supuesta injusticia se le habría condenado por la historia. 


Portada del  comic Maus de  Spiegelman
Es importante señalar que la coherencia de H.A. es radical en lo que concierne a la responsabilidad individual de los actos y… también de los afectos y opiniones. Al reproche por su discurso presuntamente antijudío por desbaratar ocasionalmente los cómplices silencios sobre hechos que no podía aceptar desde ningún punto moral y que afectaban a la causa o miembros del llamado pueblo judío, estado de Israel incluido, afirmó con valentía que ella «no ama[ba] a pueblos sino a personas», lo que vale decir tiene una actualidad innegable.

Innecesario entrar en los pormenores de la polémica para ponerse al menos del lado de una honesta propuesta de apoyo al ejercicio de pensar, eje de una de sus más famosas exposiciones magistrales en sede universitaria que es recreada por la película. Sus libros “El querer” y “El pensar”, se sumergen en esa sima donde se llega uno a interrogar cuánto tiene que ver «el pensamiento como tal –la costumbre de investigar todo lo que ocurre o llama la atención sin tener en cuenta los resultados y su contenido especial– en crear las condiciones que impiden o que por el contrario predisponen a los seres humanos a hacer el mal».

[de mi contribución aparecida en el Boletín 12 de la ELP para el Foro "El Malestar en la democracia -Efectos políticos y subjetivos" del 28 de septiembre de 2013 en Madrid]